lunes, 3 de febrero de 2014

De la infoxicación a la selección

Me gustó mucho encontrar este artículo en el que la autora, Ann Blair sitúa el principio de la infoxicación en la Biblia, ni más ni menos que en el Eclesiastés 12,12 : "Pero además de esto, hijo mío, estate prevenido: el hacer muchos libros no tiene fin, y demasiada dedicación a ellos es fatiga del cuerpo" .  Y también comprobar que el primer personaje con nombres y apellidos que describió este estado fue el monje dominico Vicente de Beauvais allá por 1255, un tiempo que nunca relacionaríamos con los ajetreos y los excesos que nos traemos entre manos.
Como Vincent de Beauvais, todos hemos sentido que nos falta tiempo, que hay más bits de información de los que podemos asumir, y que la memoria no da para más.  Te sitúas en el centro de una pequeña librería y ni cien vidas dan para leer (ya no reflexionar, comparar, relacionar,....) los volúmenes allí contenidos.  Si antes nos contentábamos con leer un par de periódicos, hoy nos da rabia no llegar ni a los titulares de toda la prensa accesible en www.kiosko.net.  Para qué hablar de la ruptura temporal que supone la accesibilidad al podcast, DVD,....

¿Y estar al día de las publicaciones de mis amigos/seguidores de Facebook o de Twitter?  Duplicando el plano personal y el profesional, cuidando de que no se entremezclen, de no generar confusión,...  ¿o es preferible mezclar ambos mundos?...
Después del periodo de noviazgo con estas y otras herramientas, cuando todo el tiempo y esfuerzo que dedicas a dominarlas y vislumbrar sus aplicaciones educativaste parece poco, hay un momento en el que es inevitable pensar que no te da la vida, que vivir es también y sobre todo una conversación, una caña y dormitar en el sofá.  Y que si salgo a correr porque la cabeza me estalla de tanto estar pendiente no de una, sino de múltiples pantallas, lo último que quiero es descargar y compartir mis tiempos, estadísticas y ruta.
Es normal que se produzca una ruptura que no quieras saber nada de nada de nada.  
Pero, ¡ay!, demasiado tarde: ahora ya sabes que hay tesoros escondidos en los amplios mares de Internet, que hay maneras de no perderse en la selva de la información abriendo trochas y que no hay necesidad de abrirse paso en soledad. muchos antes que tú hicieron el recirrido y dejaron pistas, muchos otros están como tú intentando llegar al mismo sitio, y se puede organizar expediciones conjuntas para minimizar riesgos y ahorrar esfuerzos.
¿Que quiero investigar un tema del que no tengo dominio pero me parece interesante?  ¿Que quiero profundizar en un tema del que soy experta?  ¿Que quiero compartir experiencias junto con compañeros alejados en el espacio pero cercanos en intereses?  Filtro, filtros y más filtros y herramientas de organización de la información.  Listas de Twitter, sindicación a RSS de blogs que bien yo bien otros compañeros consideran valiosos, marcadores sociales como Diigo o Scoopit son los filtros que utilizo con asiduidad.  Y Evernote, Scoopit y Paperli para almacenar información interesante y para devolverla ya filtrada y organizada.



Y si como usuarios sabemos que es difícil recorrer este camino, como profesionales de la educacióin debemos ser concientes de nuestro papel respecto a los alumnos en el tratamiento de su competencia de búsqueda y gestión de la información digital, que tiene cabida tanto en la competencia TIC como en la de aprender a aprender.  No podemos pedirles que busquen información en internet sin enseñarles a sacar partido a esas búsquedas, a analizar de manera crítica sus fuentes, a estudiar la consistencia de las mismas.

Aunque actualmente no trabajo directamente con alumnos y no puedo exponer ningún uso que yo haya hecho de Evernote, me parece una buena herramienta para iniciar a los alumnos del 3º ciclo en la gestión de la información.  En un primer momento, permite que el profesor comparta con sus alumnos un archivador de información cerrado,  una propuesta de fuentes ya filtradas a las que el alumno ha de acudir para resolver un proyecto de investigación, una tarea compleja.  Queda claro que es un uso de repositorio.  En un segundo paso, será el alumno quien cree su propia carpeta para respaldar con sus fuentes ese trabajo: el profesor podrá juzgar no solo la calidad o pertinencia del producto, sino analizar el proceso. 

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